domingo, 13 de enero de 2013

NO COMPRENDO.

Hoy me he levantado obtuso. Soy como Edith Piaf pero no por no sentir, sino por no entender. Non, rien de rien, je ne comprends rien.
Los  misterios de la santísima Trinidad los he multiplicado hoy como los peces, qué de espinas, chiquillo.
Primero una duda existencial. ¿Cómo coño meten los chinos en una cajita de 10x10x100 un árbol de navidad? Te juro que con una caja dos veces más grandes solo he podido meter la mitad. El milagro de la multiplicación de las ramas, se tendría que llamar.
Me dispongo a leer el periódico y ahí ya parece que estoy leyendo en otro idioma. No comprendo nada. Rien de rien. "Partidos, sindicatos y asociaciones laicas se unen contra la regresión religiosa y la reforma educativa de Wert..." 
Y pensando en el poder eterno de la iglesia caigo en un abismo infinito. Tantos años y ahí siguen. Pero no puede ser la erótica del poder, carecen de erotismo. Tampoco será por preservar la especie. Ni preservar ni especie. Solo un dogma: la intransigencia es la mejor virtud.
Y en mi estado de opacidad celeste no comprendo a los que no han sentido el flujo de la vida, el cuerpo recubierto de sudor amniótico, la salud mental y equilibrio que ofrece el amor. No comprendo como en estos tiempos la apología de la comprensión sigue teniendo pasamontañas.
No comprendo por qué no avanzamos. La contrarreforma al alcance de sus manos. Hay que wert, hay que wert. Nos están preparando una nueva ley de educación que huele a rancio antes de nacer. Será su flujo de la vida de sudor amnésico. 

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