jueves, 10 de enero de 2013

LECCIÓN MAGISTRAL DE ANA LÍTICA SINTE SOBRE EL BIG BANG Y EL ARTE DEL ALEMÁN

Por fin de vuelta. Habrás pensado que estaba perdida y algo de razón tienes. Pero no soy una perdida. He vuelto. Un poco por llevar la contraria me fui por Navidad. Otros vuelven a casa y yo me fui.
Vengo de Alemania. Hermoso país con mente cartesiana y kantiana. Yo soy cartesiana porque cuando estuve en Dijon como alumna excelente con una beca, descubrí que los franceses saben latín. Pero los alemanes son los alemanes. En Berlín grabé para ti la pantalla que LG ofrece a los alemanes. Te quedas boquiabierto. Pon pantalla grande.

Los alemanes lo saben hacer. Ahora están viajando muchos españoles allí en un eterno big bang. Fuimos cuando terminó la guerra a reconstruirles el patio. A cambio ellos nos han mandado sus señores mayores para que tomen el sol, que de eso si tenemos.
Los forzados trabajadores españoles dieron carrera a sus hijos y en otro golpe de big, ¡BANG! Terminada la carrera allí los acogen si aprenden alemán. Eterno retorno, big bang. España les dio carrera pero la meta la pusieron en Alemania. Ocho de cada diez ingenieros o licenciados con carreras técnicas terminan en Alemania. 
Son generosos. Las cabezas pensantes probablemente serán españolas, inventarán aplicaciones de móviles, aerodinámica de nuevos automóviles o aviones o energía solar. Pero la patente será alemana. 
Paté francés tomé en Dijon. Patente alemana en Berlín. Patética patria encontré al volver.

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