lunes, 9 de julio de 2012

LECCIÓN MAGISTRAL DE ANA LÍTICA SINTE SOBRE LA COMPLEJIDAD DE LAS RELACIONES HUMANAS


¿Qué es el amor? le pregunté mientras clavaba el cuchillo de pescado. Jijiji. Disculpen la humorada pero es que por una vez me he sentido deseada y admirada y querida y requerida. Escribir en este blog es lo mejor que me ha pasado porque soy la rosa delicada frente a las zafiedades del Entendío y las anormalidades de Ian Guahson. Todos se detienen en mi y me piden consejos de amor o de belleza. Soy la musa de estas páginas. Y hay muchas mujeres que valoran mi juicio exacto y matemático, sintético y global a la vez que analítico de todos los aspectos de la vida. Porque todo es física o química, todo es orden cartesiano y descarta otros juicios que no se ciñan a criterios e indicadores.
El amor es un teorema con dos catetos a cada lado y yo soy la hipotemusa supuestamente.
Pero ¿qué nos impide hablar con el lenguaje del Amor? La incomunicación y la costumbre de ver las cosas como siempre. El amor es pasión y por eso tenemos que reaccionar intempestivamente, devastando a la otra persona para que vea que nos importa.
Ten siempre la última palabra, muéstrate fuerte. Si das la mano te comen el brazo u otra cosa peor. Usa un lenguaje categórico de cura en su altar si alguien te importa. Manipula la conversación si es preciso y retoma las rencillas sobre lo que te dice tu conciencia con sarcasmo. Demuestra que tienes la razón. 
Olvídate de los sentimientos del otro. Cada uno que se preocupe de los suyos. Alza la voz, grita si es preciso. Ten preparada una batería de ofensas acumuladas, prepara bien tu batalla. En el amor y en la guerra lo que importa es la victoria. Amenaza y no cedas jamás, cuéntale a todo el mundo lo que te pasa para tener a la gente de tu parte. Todo el mundo da o pide amor, no te pongas en la cola equivocada. Tú pide, dar debilita.
Hay mucha literatura en todo esto del amor porque la gente que nada sabe se dedica a hacer montajes pero nunca han practicado nada. Sigue mis consejos y nunca los que aquí te pongo como experiencia contraria.


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