viernes, 27 de julio de 2012

ARTÍCULO CENSURADO (A ESTAS ALTURAS)


Me ha llegado un artículo de prensa que ha sido censurado. La ciudad de Jerez (Cádiz) se está haciendo muy famosa por razones no muy recomendables. Ha sido el segundo ayuntamiento, después de Madrid, que más deuda tenía que pagar. Ha tenido durante meses a los empleados sin cobrar o cobrando tarde. Sin buscar culpables, que no conozco el tema lo suficiente, la falta de transparencia, el oscurantismo, contratar como en el XIX contaba Galdós en MIAU y mil razones que ahora no vienen a cuento, es el peor caldo de cultivo en el que podemos vivir las personas. Conozco a algunas personas que han vivido y viven con angustia este largo proceso. Actualmente hay un ERE para regular lo que es muy difícil de regular y en el más allá de la insconciencia se hace con una falta de criterio tan abrumador que se contrata a una empresa para que esta falta de criterio sea anónima. José Rodríguez Carrión conoce bien los entresijos del ayuntamiento y es colaborador habitual en prensa. El artículo está muy bien porque acusa de mentir y me recuerda a esa frase de José Agustín Goytisolo que Paco Ibáñez recoge en sus discos sobre estos tiempos de ignonimia y cuando la crueldad se extiende por doquier fría y robotizada...

¿Es Deloitte de fiar?

José Rodríguez Carrión
Doctor en Medicina y Cirugía

Para regocijo de muchos y desolación de otros, ya se han conocido las listas de los que
van a ser despedidos del Ayuntamiento de Jerez. El gobierno municipal, con la nueva
reforma laboral aprobada por sus compañeros del Partido Popular en el gobierno del
país podía y puede despedir a quien le de la real gana, pero como son muchos, no
tienen más remedio que cumplir la ley y hacer un Expediente de Regulación de
Empleo. Pero claro, también tienen que cumplir esa ley, que en su artículo 51 dice que
en el despido colectivo se tienen que explicar “los criterios tenidos en cuenta para la
designación de los trabajadores afectados por los despidos”.
Para encubrir el fondo de los motivos de los despidos, el gobierno municipal de Jerez
ha contratado a una empresa de prestigio: Deloitte. Entre los argumentos justificativos
de los despidos, Deloitte aduce textualmente: criterios de competencia técnica, formación,
experiencia, polivalencia, etc. ¿De verdad Deloitte puede defender estos argumentos? La
respuesta es que los técnicos de Deloitte que han participado en este proceso,
¡mienten! Es decir ¡son unos mentirosos! ¿Cómo pueden alegar ese criterio cuando
despiden a personas con doctorados, estudios de postgrado en varias especialidades y
disciplinas y más de 10 años de experiencia laboral? ¡Deloitte, miente!... ¡o en realidad
a algunos no los echan por falta de formación, sino por exceso de formación! ¿Cómo
justifican esa falta de competencia o polivalencia en personas que siendo diplomadas
hacen de administrativo desde hace más de una década? Si Deloitte es seria y tiene
fama de serlo, debería despedir a los técnicos que se han prestado a vestir esta sarta
de insultos a los propios trabajadores, pues su actitud socava el prestigio de su propia
empresa.
Aducen también los técnicos de Deloitte unos supuestos informes elaborados por los
responsables de las Delegaciones - ¿los delegados y delegadas? -, ¿conocen los
delegados y delegadas a los trabajadores de sus delegaciones y los trabajos que hacen?..
Dicen también que estos responsables han consultado con el personal técnico…
¡Mienten! Y finalmente dicen que se han quedado con los más polivalentes, eficientes y
con mayor formación. Si los técnicos de Deloitte sostienen esto, de nuevo solo cabe
una palabra para referirse a ellos: ¡embusteros y mentirosos! Si lo defiende el gobierno
municipal, la palabra es más grave y podría llamarse ¡prevaricación! Son un grupo de
individuos que cometen una injusticia manifiesta a sabiendas de que lo están haciendo.
¿Pueden los técnicos de Deloitte mostrar esos supuestos informes? ¿Realmente existen
esos informes, o lo único que ha existido como se rumorea es una lista elaborada
entre otros por MAP, JAR, MCC, JMP,… y los técnicos de Deloitte se han prestado a
poner el disfraz para que parezca legal? Si es así, el prestigio de Deloitte como empresa
seria y razonable acabará por los suelos. ¿De verdad la cantidad que le va a pagar el
Ayuntamiento para encubrir este despropósito de despido colectivo carente de
criterio objetivo y que más parece una venganza, le merece la pena? Si se demuestra, y
no es difícil, que todo ha sido una pantomima para echar a unos afectando a su
dignidad como trabajadores al aducir unos argumentos espurios y maliciosos, mientras
por compromisos adquiridos se protegía a otros, quedará claro que el gobierno
municipal ha perdido toda la credibilidad que pudiera quedarle. Pero si Deloitte se
convierte en cómplice de esto, en adelante solo cabe hacerse una pregunta: ¿Es
Deloitte de fiar?

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