domingo, 27 de mayo de 2012

EL IBI DE LA IGLESIA.

Se ha desatado la polémica. Hasta en los foros más tontos te hacen una encuesta con la pregunta "¿Cree que la iglesia debe pagar el IBI?"
¿Adónde vamos a llegar? El mismo Rouco se ha llevado las manos a la cabeza y ha relacionado al IBI con cáritas. Ni que la iglesia no tuviera otras fuentes de ingreso.
¿Adónde vamos a llegar? Pues hasta el fin. La iglesia no debe pagar el IBI por sus bienes inmuebles terrenales. La iglesia debe pagar por las apropiaciones indebidas por especulación inmobiliaria en el cielo. El temor a la muerte y al demonio que te asa cual pollo de domingo conlleva la donación de las buenas almas de buena parte de su patrimonio a la iglesia. Morir e ir al cielo, esa es la máxima con la que nos adoctrinan de pequeñito.
Pues bien. Ha llegado el momento de pagar por la vileza. He estado años mirando al cielo y no he visto subir a nadie. He vivido engañado. Me imaginaba a San Pedro como un portero de discoteca dejando pasar solo a los bien vestidos y mandando al infierno a los que vamos por la vida con zapatillas. El demonio nos recibía y nos hacía sudar a fuego lento los pecados cometidos.
Bastaba un simple arrepentimiento de última hora y un testamento favorable para comprar un trozo de cielo. Especulación pura y dura y no paga nada a nadie, ni siquiera a la NASA, veladora de lo que mandamos al espacio, ni siquiera a Argentina, preocupada como nadie por los buenos aires.
Lo cierto es que la iglesia siempre es noticia. Hoy porque el cuervo del Papa no le sacado los ojos pero le ha robado unas fotos.
Y ayer, mañana y siempre porque no dejan de ser terrenales y no se  pueden convertir en divino por autoconvencimiento. 
Con que guasa lo reflejaban siglos atrás.


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