domingo, 25 de marzo de 2012

RETROSPECTIVO HISTÓRICO. TERCERA PARTE: DEL SIGLO DE ORO AL NEOCLASICISMO DE LA AUSTERIDAD.

 Tras descubrir el dorado...  sobre el 92

Y derrocharlo... en el siglo de oro
llegamos al neoclasicismo, neoliberalismo de la austeridad.
¿TODO PARA EL PUEBLO? pero sin el pueblo
 El pasado sigue escribiendo el futuro, aunque parezca una contradicción en si misma. Entra muchísimo dinero, se lo gastan los de siempre pero... lo paga el pueblo. Alemania y Francia imponen su autoridad y su austeridad y nos afrancesamos desde el vestuario a la gastronomía: descubrimos la tortilla francesa.
ÁNGELA MERKEL CON VESTIDO DE NOCHE
La historia y la cebolla se repiten. El siglo XVIII decide apostar por la austeridad, se redescubre el clasicismo y de forma despótica el gobierno entiende que todo debe ser para el pueblo pero sin el pueblo. Yo nunca lo he entendido mú bien, es como comer muy bien pero sin comer. Es como torear de maravilla pero sin toro. Capotazo va, capotazo viene. Grandes pensadores como Mariano Rousseau hacen EL CONTRATO SOCIAL, una especie de reforma laboral que al fin y al cabo viene a decir que los trabajadores son unos mamoncillos. El hombre es bueno por naturaleza, afirmaba, pero el trabajo fácil lo hace malo. Por eso hay que complicar el trabajo del hombre y ponérselo difícil: despedirlo fácilmente, salarios miserables. De esta forma casi le da la razón a Hobbes que planteaba lo contrario y decía aquello del hombre lobo del hombre. De manera  inexplicable los extremos vuelven a juntarse y leña al mono que es de goma. Derecha e izquierda se ponen austeras y se preocupan por mostrarse serios. Pero ya el pueblo se ha acostumbrao a un país de oro y la seriedad lleva a dar algún que otro palo. Anís del mono pá olvidar.
Los principales dirigentes europeos se quieren a más no poder... pero ese es el romanticismo que está por venir.
EL ROMANTICISMO QUE VENDRÁ.
CUARTA ENTREGA: EL SIGLO XIX
Y no te cuento ná cuando en verdad se descubre que los dos son uno solo y que actúan por Europa de manera hiperrealista a modo del Dr. Jeckill y Mister ¡Ay!
El futuro que vendrá no me asusta porque ya está escrito en el círculo del tiempo o en el círculo polar ártico. No sé muy bien en cual pero en uno de los dos ¡¡SEGURO!!







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