Lo que pasa es que cansa. Las personas generosas nos damos cuenta como abusan de nosotros.
Ya está bien, hombre. Nunca vemos un pequeño detalle.
Comprendo la irritación de este hombre del chiste que me acaban de mandar. ¿Por qué la irritación será por eso, verdad?
De madrugada, un hombre se despierta y va al cuarto de baño.
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—¿Te das cuenta, hijo de la gran puta?
Cuando tú lo necesitas,
yo sí me levanto.
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