QUE LAS MENTIRAS PAREZCAN MENTIRA.
JOAQUIN SABINA
La realidad es una pero la percepción que se tiene de ella es múltiple. Si a eso añadimos la facilidad con que cada uno manipula, miente y engaña, llego a la triste conclusión que tal vez nos vendría bien una capa de honestidad.
Cada día me encuentro con más de cien mentiras, que canta el Sabina también, tal vez para no cortarnos de un tajo las venas pero que, de verdad, no valen la pena.
No queremos ser responsable de nada, ni culpable de nada. Frecuentemente actuamos como niños de cinco años negando le evidente y ya, cuando no queda más remedio, acudimos al remedio de "esetambién". Y cuando nos pillan mentimos con descaro.
Llevamos como un tic natural el encogernos de hombros y el mirar para otro lado porque, total, nunca pasa nada. Por lo tanto, a falta de educación, sería interesante que al menos por miedo no fuera tan fácil tanta falta de honestidad.
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