He estado con nueve coleguillas y viajeros por los montes de Huelva. La cantidad de jamones que hay es sorprendente. Los pueblos son preciosos, especialmente me ha encantado Fuenteheridos.
Mientras caminas, hablas o comes un poquitín de productos de la tierra también puedes pensar.
Pueblos muy ricos por los productos del cerdo, corcho, nueces... que se van haciendo mayores.
He vivido varios años en pueblos y afirmo el dicho de "pueblo chico, infierno grande"
aunque no eran estos pueblos. Pero es lo mismo. Podría ser la organización perfecta de la vida pero algo falla. Lo de "aquí nos conocemos todos" tal vez no sea un lujo.
El consumo no... pero sí. La posibilidad de educación en más sentidos.
Imagino que si viviera en un pueblo duraría tres días. Por bonito que me parezcan.
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