Tengo un familiar que regalaba las cosas que quedaban estropeadas en las tiendas de todo a cien. Lo malo no era eso. Lo malo eran las explicaciones que daba de las utilidades de su magnífica eme.
Hoy en día es una táctica común envolver una eme en papel de regalo. Es la retórica de las grandes palabras.
Cualquier cambio que se hace con determinada idea, normalmente ahorrar presupuesto, te la venden encima como la séptima maravilla.
Para un segundo, dos minutos con cincuenta y tres de explicaciones y verborrea. Es una estrategia del poder: enmascarar la cruda realidad en cháchara verbal.
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