Hace unos días asistí a una reunión multitudinaria para comunicar una medida estrella.
Pero la medida es lo de menos.
Lo de más son las formas: presentan cualquier patochada deslumbrando. Hay cientos de ejemplos en sanidad, en justicia o en educación.
Lo peor de todo es el más allá. No me gusta, como a mucha gente que conozco, el binomio rodillo / empanadilla. Me indignó lo que dijo Alfonso Guerra pero entiendo que sigue siendo una triste realidad: “el que se mueva no sale en la foto”.
Cualquier ocurrencia que suponga unos votos se lleva a cabo sin atender razonamientos o realidades. Poco a poco se va sustituyendo la esencia de un pueblo por el materialismo del bocadillo de mortadela y las 32 pulgadas conectadas a canal sur.
Es el estado del rodillo y la empanadilla mental.
Aunque después de tantos años algunas veces todo me suena a pestiño.
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