He tenido la suerte de tropezarme con un buen amigo que, además, tiene una gran alma de artista. Ser artista es difícil en un mundo tan estresado. Sin embargo conserva sus principios y cuando algo le gusta lo da todo.
Jamás se calla nada. Todo lo dice aunque le vaya la vida en ello. Personas así son extrañas en estos tiempos.
Llevo una década proponiéndole pamplinas, pactos y alianzas. Siempre tiene una respuesta aguda que jamás me ha pinchado.
Siempre está y nunca pide nada. Eres un amigo. Un gran amigo.

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