
Subiendo un poquito la calle en dirección a La Caleta entré en el famoso restaurante El Faro. Muy compuesto todo pero la brocheta de pulpo con couscous me resultó un engaña bobos y el choco frito saladísimo.
Ya sólo me falta añadir lo de los viejos de como mi casa no hay ná pero no pienso hacerlo. Lo que si me da coraje es EL NOMBRE DE LAS COSAS o que cuando las cosas tienen nombre se envilecen y se convierten en ná. Voy mucho por Granada a bares sin nombre que tienen una calidad y una cantidad y no aparecen en guías ni leches.
Y menos mal.
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