Si a mi, Ana Lítica Sinte, me dejaran por un día ser ministra de educación modificaría los cuatro puntos por los que la educación, el motor de un país, va tan mal en en nuestro:
- ADMINISTRACIÓN. Políticos fuera y la reforma la harían un comité de sabios de profesorado de Primaria, Secundaria y Universidad que analizaran detalladamente los errores fundamentales y las posibles soluciones. Un trabajo de campo con la realidad, no con la mentira del despacho.
- PROFESORADO. Selección de las mejores notas y personas motivadas para hacer de la profesión docente la más necesaria. Seguimiento del trabajo, de los errores. Recursos generosos.
- ALUMNADO. Adecuación de los contenidos a la etapa evolutiva y a los cambios sociales. Reducir las clases magistrales y que sea el alumno /a el auténtico protagonista, un alumno motivado porque se hacen cosas diferentes y porque tiene una conexión emocional con lo que siente.
- FAMILIA. Revolución cultural fomentando la lectura, limitando contenidos superficiales en televisión. Fomentando una sociedad crítica que elimine políticos salvaculos. Perdón, ese vocabulario no es propio de una señorita fina como yo, ministra de educación.
Y entonces me desperté y fui a escribir una canción pero ya la habían escrito.